Hacia la cumbre del Mt. Yariga
Antecedentes
La idea de escalar los Alpes de Japón nace hace siete años en mi primera vista a Japón, la cual realicé gracias a una beca de La Universidad Católica para perfeccionar el idioma. En ese viaje tuve la oportunidad de conocer el país, su cultura y también sus montañas. En este viaje surgió la idea de escalar sus montañas en una expedición ecuatoriana, idea que tuve que dejar en stand by, ya que tenía en mente el proyecto “Seven Summits” que fueron las montañas más altas de cada continente. Después de haber finalizado estos ascensos, renace la idea de la expedición ecuatoriana en Japón, este viaje prometía ser espectacular, ya que además de realizar los primeros ascensos nacionales y latinos a estas montañas, podía documentar los paisajes espectaculares del país donde nace el sol. Ningún ecuatoriano se ha aventurado todavía por estas tierras, de manera que traer estás conquistas e imágenes para compartir con los ecuatorianos era una situación que debía hacerse y yo era el hombre.
Visión
Desde muy temprana edad mi madre me enseño a cultivar los sueños, yo quería hacer algo grande para aportar a mi país, y mi deporte el montañismo me brindo el espacio, quería demostrarme a mi mismo y a los demás que los jóvenes ecuatorianos podemos plantearnos grandes metas, apuntar a lo más alto, tener ideales de talla internacional, fue así como nació la idea del proyecto Seven Summits, las cumbres más altas de cada continente, ascensos que los lleve a cabo exitosamente en estilo solitario, sin oxígeno suplementario, entre otros conseguí ser el único escalador de todo el continente americano en subir el Everest en este estilo, y ondeando nuestra bandera en las cumbres más altas del planeta. De esta manera realicé mi sueño, trayendo grandes conquistas para el Ecuador, dando el mensaje de realización de sueños, de motivación de optimismo, como me había planteado. Y de igual manera llevé a cabo la expedición Ecuador en las Montañas más altas de Japón.
Entrada al Mt. Tateyama
Rumbo a Japón
Posterior a un largo período de entrenamiento y preparación logística para ésta expedición, estaba pisando suelo japonés, la idea del proyecto fue escalar las montañas más altas de Japón, ubicadas en tres cordilleras que detallo a continuación con sus respectivos principales objetivos:
Los Alpes del Nortes Kita Alps
Mt. Tsurugi
Mt. Tateyama
Mt. Fuji
Los Alpes del área Kamikochi: Kamikochi Alps,
Mt. Yariga
Mt. Hotaka,
Mt. Nishi,
Mt. Oku
Mt. Mae
Los Alpes del Sur: Minami Alps.
Mt. Aino
Mt. Kita
Mt. Shiomi
Los Alpes del Norte – Kita Alps
Inmediatamente había llegado a Japón me enteré que el clima se estaba dañando especialmente en los alpes del norte, por este motivo decidí atacar primero esas montañas, el día siguiente de mi llegada ya estaba entrando al área de Murodo que es la puerta de entrada al grupo de montañas donde iba a escalar.
Durante el viaje de acercamiento además de la excitación por los lugares tan exóticos que iba visitando, no pude dejar de imaginarme que algunas de las rutas por las que iba debieron haber sido también transitadas hace centurias por las caravanas de los guerreros Samuráis, (antes de continuar, debo comentarles que soy en fanático de Japón, durante mis estudios del idioma y en mis viajes anteriores he llegado a conocer un poco su historia y cultura y entiendo que mucho de este país tiene que ver con el legado milenario de los Samuráis) continuando.. Ésta situación intensifico más mi excitación, ya que de alguna manera me sentía parte de eso, y siempre las historias de Japón y los Samuráis han hecho mis delicias.
A mi llegada el clima estaba despejado, pero podía ver como los fuertes vientos hacían remolinos con la nieve en las cumbres, eso me preocupaba doblemente ya que iba a tener fuertes vientos y tenía mucha nieve fresca suelta, me esperaban días de mucho trabajo y fuerte viento, el primer ascenso fue la cumbre del Mt. Tateyama, como no conocía la ruta y había nieve fresca, tuve que salir con los primeros rayos de luz, para poder divisar por donde debía transcurrir el camino. Tenía que subir una diferencia de altura mayor a 600m, en condiciones normales hubiera sido un ascenso moderado, pero con nieve hasta la cintura en la mayor parte del camino, me parecieron haber subido unos 2000m. se me hizo interminable el ascenso y más aún con la idea de que tenía tres cumbres más en las mismas condiciones y de mayor altura, estas montañas comparadas con nuestros andes no son tan altas, pero en los últimos 200m, ya me empezaron a parecer como estar en el Himalaya. La cantidad de nieve acabo con mis piernas, y lo peor de todo era que ya me iba haciendo un poco tarde y el descenso, con nieve aún más floja por el candente sol, me empezaba a preocupar un poco, así seguía subiendo y a la bendita cumbre que le veía tan cerca parecía no acercarme nada, de manera que en un arranque de coraje, tomé un buen ritmo, y no paré hasta llegar a la cima, llegué con las piernas acalambradas, estos sinsabores los conocía sólo por encima de los 8000m, pero bueno, en la última parte disminuyo la nieve y el ascenso fue en mejores condiciones.
Cumbre Mt. Tateyama
Finalmente estaba yo ahí, en la primera cumbre de esta expedición. Como en muchas veces anteriores me encontraba absolutamente sólo en la montaña. El panorama era conmovedor todos los Alpes de Japón completamente despejados. Yo estaba muy contento pero también muy preocupado ya que la mayoría de esos Alpes eran mi siguiente objetivo y oraba porque estén en mejores condiciones, así que al sentimiento de satisfacción, también le acompañaba un pequeño sentimiento de recelo y expectativa. Después de filosofar un poco sobre el acontecimiento hice mi ritual de agradecimiento a la montaña e inicié el descenso con esa pequeña carga sicológica. El descenso estaba en peores condiciones de nieve que el ascenso. Bastante agotado bajé hasta Murodó donde estaba mi campamento, para prepararme para mis siguientes ascensos, la situación fue muy parecida en mis siguientes cumbres, a las cuales claro salí más temprano y la más dura de todas fue el Mt. Tsurugi, el más alto de la región.
Los Alpes del área Kamikochi – Kamikochi Alps
Mi siguiente objetivo eran los alpes del centro de Japón, en el área denominada Kamikochi, los Montes Yariga, Hotaka, Nishi, Oku y Mae. Montañas súper famosas aquí, como para nosotros oír Cotopaxi. El acercamiento desde Kamikochi es muy interesante, esta zona en sus áreas bajas esta repleta de senderos para caminatas – trekkings. Pero conforme uno va ganando altura, la cantidad empieza a disminuir. Después de éste interesante recorrido estaba ya en la base de mi primer objetivo el Mt. Yariga. Aquí armé mi carpa y me dispuse a descansar, el siguiente día iba a ser muy duro, debía salir a las tres de la mañana, yo rogaba para que las condiciones de la nieve estén mejores que en los anteriores ascensos.
Cumbre Mt. Yariga
A las tres de la mañana estaba ya en pie. La noche súper despejada, con una estremecedora Luna que guiaba mi camino, el panorama amenazaba un sol candente en el día. En estos ataques tenía que subir una diferencia de altura de 1600m. Como en las anteriores ocasiones, la montaña estaba súper cargada de nieve floja, los primeros 800m no fueron mayor problema hasta el inicio de la nieve, pero a partir de aquí con nieve hasta la cintura en algunas partes, volvieron las fatídicos ascensos, parece que los dioses de las montañas japonesas estaban molestos conmigo, en todos mis ascensos tuve nieve floja. Por suerte el sitio de mucha nieve no era tan empinado como para producir avalanchas, de manera que subía tranquilo en ese sentido, pero sí extenuado por el trabajo que representaba abrir una ruta con esa cantidad de nieve. Así seguía transcurriendo el ascenso, a partir de las 9 am, el sol empezó a hacer lo suyo, de manera que yo empezaba a sentirme un «Pato al horno» y más con el reflejo de la nieve. La última parte no había nieve por lo empinado de la montaña, pero en cambio demandaba un ascenso técnico, que con bastante cuidado lo superé y aproximadamente a eso de las once de la mañana estaba ya llegando a la cumbre, con un clima espectacular, el Mt. Fuji se veía diminuto en lontananza.
Después de este gran esfuerzo y el desgarrador escenario que me rodeaba no pude evitar que se me fueran las lagrimas, habían transcurrido siete años, desde que me propuse escalar el Mt. Yariga, por allá en mi primer viaje a Japón y finalmente estaba ahí ondeando nuestra bandera en una de las cotas más altas de Japón, apropiado el momento para una corta reflexión, gratitud a la vida y a la montaña.
Después de este ritual inició el descenso. De la misma manera que las anteriores veces: nieve floja y clima candente. Ya estaba acostumbrado, y el futuro inmediato era un poco desconsolador tres cumbres más en las mismas condiciones, mi único aliciente era sentirme orgulloso de representar al Ecuador en estas lejanas latitudes y documentar estos instantes para luego poder compartir con todos ustedes.
Así, bastante agotado en la tarde llegué a mi campamento a descansar para mis próximos ataques, el Monte Hotaka, Nishi, Oku y Mae, que transcurrieron de manera similar, en los últimos dos se daño el clima, así que al menos la nieve ya no era tan suave pero en cambio mucho viento.
Los Alpes del Sur – Minami Alps.
Mis siguientes objetivos fueron los Montes Kita, Shiomi, Aino y Yatsuga.
Esta vez debíahacer un recorrido de montaña a montaña, conectando sus cumbres. Normalmente se realizan los ataques a cada montaña desde su propio campo base, y luego se retorna al campo base. En ésta ocasión debido a la singular disposición geográfica de estas montañas yo podía ir a mi siguiente objetivo, sin regresar al campo base, si no desde la misma cumbre, hacía mi siguiente campo base y así lo hice con estos cuatro macizos. Esto representa un gran esfuerzo ya que debía llevar todo el equipo y provisiones durante todos los ascensos y descensos. Tomé esta decisión un poco alocada, ya que se venía mal clima y además optimizaba valiosísimo tiempo y grandes distancias de acercamientos, el costo por esta optimización de recursos ¡la pagaba yo!. Llevando durante todo el recorrido el peso que normalmente se deja en un campo base. Bueno, en momentos, me auto consolaba diciéndome: ¡tranquilo Pato san!, ¡éste es un buen entrenamiento para tu siguiente súper expedición al Himalaya!. Además fue un esfuerzo que valió la pena ya que se venía mal clima.
Cumbre Mt. Kita
Después del segundo ascenso, empezó el mal clima, y así, con fuertes vientos y frio llegué a mi último objetivo, el Mt. Kita, ¡el segundo más alto de Japón! minutos antes de coronar esta cumbre empecé a sentir una gran exaltación, estaba a metros de finalizar este largo recorrido por las montañas niponas más importantes. Vinieron a mi mente todos los momentos de gran esfuerzo, cansancio, frío, calor, mala nieve, viento, alegría, panoramas espectaculares, gratitud, humildad, grandeza, reflexión, frustración, angustia, estrés, ira y más situaciones que me acompañaron en esta larga jornada; Y así poco a poco alcanzaba la cumbre, ¡Qué emoción!, se me inundaron los ojos, ¡la última cumbre de esta gran travesía! estaba acompañado de un intenso sentimiento de «misión cumplida»,
Un gran cansancio y ¡una gran mochila!
Misión Cumplida
¡Y estaba ahí! ¡Culminando mi meta! Todos los esfuerzos, preparación, constancia, perseverancia, tenacidad, terquedad, valieron la pena. Mi recompensa:había ondeado nuestra bandera en doce de las cumbres niponas más altas y realizado los primeros ascensos ecuatorianos y latinos por las montañas más altas de Japón. Hace siete años que me había planteado esta meta y hoy estaba culminándola, me inundaba un gran sentimiento de gratitud a estas maravillosas montañas, a todos los que estuvieron conmigo durante este periplo y a este fantástico país que siempre me ha tratado como a su hijo y me ha dado tantas realizaciones.
El Retorno
Después de estas cavilaciones y mi ritual de agradecimiento a los dioses de estas montañas. Inicié ya el descenso y retorno a la antigua cuidad de Edo “actual Tokio” para luegorealizarlos preparativos de mi regreso a mi siempre añorado Ecuador.
Patricio Tisalema Torres
¡Desde las cumbres más altas del planeta!