Ruta Norte – Tibet
Rumbo a los colosos de los Himalayas
Después de haber realizado un intenso trabajo de preparación física así como organizacional y mental para la Expedición, partí rumbo al Nepal. Una vez ahí, en su capital Katmandú, inicié el trabajo de ultimar todos los detalles previos para la Expedición, permisos, alimentos y el equipo faltante. Después de finalizar con esta tarea, estaba listo para salir rumbo al Tibet.
El acercamiento
El acercamiento tarda aproximadamente 5 días, ya que por la diferencia de altura, hay que ir parando en algunos pueblos, situación que es muy interesante, ya que se conoce mucho acerca de la cultura y la gente del Tibet. Después de esta travesía llegamos al campo Base del Everest, que esta ubicado a 5200m.
Una vez ahí, se necesita descansar algunos días mientras se aclimata a la altura, a continuación voy a hacer un pequeño resumen de los campamentos y sus alturas.
Los campamentos
Campamentos Bases:
Campo Base Chino 5200m
Campo Base Intermedio 5900m
Más alto que la cumbre del Cotopaxi
Campo Base Avanzado 6400m
Más alto que la cumbre del Chimborazo
Campamentos de Altura:
Campo 1 (Collado Norte) 7070m
Más alto que la cumbre del Aconcagua
Campo 2 7500m
Campo 3 7900m
Campo 4 8300m
La Zona de la Muerte
Después de haber descansando y aclimatado algunos días en el Campo base, inicié el acercamiento hacia el campo intermedio y luego hacía el campo base avanzado.
La aclimatación y el equipamiento de la vía
A partir del campo base avanzado, es donde empieza el real trabajo de ascensión, estar sobre los 6400m, es una tarea muy complicada por la altura y su efecto principal la falta de oxígeno. Aquí ya se empieza a ver los problemas de altura, la mayoría de los expedicionarios regresaban al campo base con problemas de altura, yo no tuve mayor problema en la aclimatación. Después de unos días de aclimatación ya inicié con el proceso de equipar la vía para posteriormente poder hacer el ataque a la cumbre, este proceso es muy duro, ya que se trabaja por sobre los 7000m. Con mucho cuidado y esfuerzo fui uno de los primeros en equipar los primeros dos campamentos, luego de esto descendí al campo base chino por unos días para tomar un descanso.
Después de este receso subí de nuevo al campo base avanzado para seguir con la última etapa del equipamiento de la vía, esta parte fue muy complicada, especialmente por el mal clima, en el primer intento me quede atrapado en una tormenta espantosa a 7500m, que no me permitió seguir adelante, de manera que tuve que regresar al campo avanzado a esperar buen clima. Esos días son muy duros ya que la estancia en ese ambiente tan hostil se alarga y uno tiene que poner lo mejor de sí para luchar contra la angustia, la frustración, las inclemencias del clima y todas esas cosas mientras se espera por días enteros que se hacen eternos. Bueno, después de una larga espera, finalmente se abrió una buena ventana que me permitió equipar los dos últimos campamentos a 7900m y el más duro a 8300m, en mi caso yo lo hice a 8200m, siendo el primer escalador solo sin oxígeno ni sherpa que adecuó toda la vía. Después de esto baje al campo base chino y luego un poco más abajo a un pequeño pueblo donde pude descansar unos días para finalmente estar listo para el ataque final a la cumbre.
Listo para el ataque a la cumbre
Después de unos días de descanso, y de haber repuesto todas las fuerzas, regresé al campo base avanzado, una vez ahí, esperar la ventana que según las predicciones climáticas estaba para el 15, 16, 17 y 18 de mayo. El ascenso y descenso dura aproximadamente 5 o 6 días, yo tenía planificado hacerlo en 4 días, obviando 2 campamentos, la parte más delicada y en la que la suerte también juega un papel importante es: tratar de que el día de ascenso a la cumbre sea de buen clima, porque muchas veces se sale del campo avanzado con buen clima, pero el día de ataque a la cumbre el clima se daña. En función de esto, yo decidí salir el domingo 14 de mayo, mi idea era hacer un ataque directo al campo 2 a 7500, o sea 1100m de un solo tirón, para el siguiente día subir directo desde el campo 2 al campo 4 y esa noche hacer el ataque a la cumbre, el ascenso hasta el campo 4 lo hice de acuerdo a la planificado, pero con la diferencia de que por haberme hecho un poco tarde el día de subir al campo 4 el Lunes 15, decidí hacer mi campamento a 8100m y desde ahí hacer el ataque a la cumbre. Esa tarde, después de un descanso, haber preparado líquidos, que por cierto es una tarea muy dura, el derretir nieve, prepara el equipo y todo para el ataque a 8100m me tomo horas, cualquier movimiento a esa altura demanda de un gran esfuerzo.
El ataque a la cumbre
Después de todo este trabajo, a las 23h00, me encontraba listo para salir a la cumbre, era una noche un poco cubierta, nevaba un poco, pero yo me sentía muy bien, estaba muy optimista y me sentía bastante solvente. En esas condiciones partí rumbo a la conquista de uno de mis más grandes sueños, sabía que iba a encarar la mayor lucha que jamás había tenido en mi vida, los primeros 450m, los pude sortear sin mayor dificultad, en medio de una terrible nevada, que algunas veces me hizo pensar que no iba a poder subir por el mal clima. Con la llegada a la gran arista que lleva a la cumbre dejó de nevar y también llegó el amanecer, y con esto un paisaje sobrecogedor, El Himalaya desde los 8650m, en toda su magnitud. ¡Qué locura de cordillera! Se me fueron las lagrimas de la emoción. La sombra del Everest se prolongaba en el infinito. Pero también en este punto, por primera vez en mi vida, sentí los estragos de la altura, vomité una vez y me tomo algunos minutos el reponerme. Después de un pequeño descanso y de hidratarme proseguí con el ascenso. Hasta este punto subía al mismo paso que otros expedicionarios que llevaban oxigeno, lo cual hace una diferencia abismal, pero a partir de aquí, ellos se adelantaron, ya que por la falta de oxigeno yo subía más lento.
Un Panorama desgarrador, a un paso de la muerte
Después de haber recorrido una parte de la arista me encontré con un panorama desgarrador. En una pequeña cueva estaba el cadáver de un joven que había muerto el día anterior. Y yo tuve que pasar a escasos centímetros de él, eso fue espeluznante. Y mayor fue la impresión cuando a solo 2 metros de él había otro cadáver. Estaba horrorizado y fue completo el trauma cuando a escasos metros, pasé a lado de un tercer cadáver. ¡Dios mío! ¡estoy en un cementerio! La primera idea que se me pasó fue que ellos eran personas como yo, con el mismo sueño de conquistar la cumbre, y que por sobre agotamiento y falta de oxigeno, cedieron sus vidas al coloso de los colosos, a la montaña más alta del mundo. Me serene y me controlé al máximo para reponerme de ese fuerte impacto y seguir con mi ascensión. Se venía una parte muy crítica de la ascensión: el first y second Step. Son pasos de escalada bastante técnicos y súper expuestos, los mismos que en el agotamiento que me encontraba demandaban del mayor de los esfuerzos. Después de superar cada unos de estos acababa fulminado en un ahogamiento, que me tomaba varios minutos hasta que se regule la respiración y reponerme para seguir adelante. Estaba ya muy extenuado y sentía como la falta de oxigeno afectaba mi desenvolvimiento. Avanzaba muy lentamente y veía como los otros escaladores estaban prácticamente ya en la cumbre. Después de superar este tramo, para complicar más ya mi delicada situación, me encontré con otro cadáver, esta vez era una chica rusa que también había muerto días antes.
Los 150m más difíciles del mundo!!
Me encontraba ya a 8700m. Me faltaban solo 150m. Pero eran los 150m más difíciles del mundo. Me esperaba una larga rampa muy empinada, en la que ya sentí el sobre agotamiento. Lo que más me preocupaba es que iba a estar muy agotado para el retorno. Esa idea rondaba mi cabeza todo el tiempo.
Pero seguía con el ascenso, llegue ya a los 8750m estaba extenuado. Un momento pensé en hacer de ese punto mi cumbre y regresar con fuerza suficiente al campo 4. Hace ya mucho tiempo que los demás escaladores se habían cruzado conmigo en su descenso. Yo estaba allá arriba en el ultimo punto del planeta completamente solo, y fue a partir de ese momento en el que más que mi fuerza física, me obligaba a seguir adelante toda la filosofíaque me había llevado allá arriba: la motivación, mi sueño de llegar a la cumbre del Everest, el compromiso con toda la gente que había confiado en mi, la responsabilidad que tenía porque estaba representando a mi país y todas esas cosas, ahí saque a flote algo que todavía no conocía en mí, elevé mi poder de voluntad a sus máximas expresiones, saque toda mi fuerza, el carácter, mi temperamento, la tenacidad, mi severidad conocieron sus límites, y seguía adelante, poco a poco, paso a paso.
Me acordaba de toda la gente que estaba conmigo, que había confiado en mí, el compromiso que tenía al estar representando a mi país. Mi sueño de conquistar la montaña más alta del mundo. Todo eso me motivaba a seguir adelante. Dos veces pensé en dejar ahí la ascensión y hacer de ese punto mi cumbre. Me aterraba la idea del descenso. Que no avance a bajar por lo extremadamente cansado que estaba, y era muy lógico. Pero la tenacidad de mi idea: “No rendirme y guerrear hasta el final para conseguir mi sueño” no me permitía sucumbir y seguía, ya llegué a 8800m. ¡Dios santo ya no doy más! Pero no iba a abandonar ahí a 50 metros de la cumbre uno de los mayores sueños de mi vida y seguí guerreando con toda el alma! A veces lloraba por la situación extrema en la que me encontraba.
La conquista del Techo del Mundo
Ya estaba bastante tarde, era medio día y se nubló totalmente la montaña. Pero ahí guerreaba paso a paso y llevaba a los límites de trabajo mi cuerpo que me imploraba a gritos que pare. Pero estaba decidido a realizar mi sueño, sentía que rompía mis músculos. Ya me faltaba muy poco y así paso a paso, con mi cuerpo acabado, veía como lentamente me posaba sobre el punto más alto de la tierra. Quería gritar de la excitación que me envolvía, estaba ahí en la cumbre del Monte Everest, estaba en los mismos confines del infinito, no había nada en este mundo que este más alto que mis pies. Brotaban de mis ojos las lagrimas más lindas que jamás habían brotado. El sobresalto de la emoción hacía estremecer mi cuerpo. Mis piernas estaban aniquiladas. Pero estaba feliz, orgulloso de haber cumplido mi sueño. Agradecí a su majestad, la ultima cota del planeta, el Monte Everest, por darme el honor de estar en su cumbre, por permitirme tener el orgullo de ondear la bandera de nuestro país, agradecí a la vida por este grandioso momento.
Después de meditar, reflexionar y filosofar sobre este acontecimiento y también de inmortalizar esos momentos en mi cámara y filmadora, inicié el descenso.
El Descenso
Inicié el descenso. Era la parte más delicada. El 90% de accidentes ocurren en el descenso. Me preocupaba más por lo agotado que estaba y me asustaba la idea de perder la conciencia, que es muy típico por el sobre esfuerzo y la falta de oxígeno. Generalmente la falta de lucidez invita a descansar, y a esa altura es un descanso del que uno no se levanta más. Y yo me había topado con cuatro cadáveres que me lo recordaban a cada instante, de manera que baje sin descansar en lo absoluto, con la firme idea de llegar sano, completo y salvo de regreso con los míos. No me detuve ni siquiera para hidratarme. Con el ocaso, llegué al campo cuatro. Una vez ahí, decidí dormir en la carpa de unos amigos sherpas, ya que mi carpa estaba a 8100m, 200m más abajo y ya era muy tarde. Los Sherpas me sugerían que les compre oxígeno para dormir a esa altura, pero a pesar de mi sobre agotamiento, yo sentía que mi fisiología trabajaba muy bien. Y realmente no quería usar oxigeno. Al otro día temprano en la mañana, me desperté todavía bastante cansado, pero me sentía muy bien y más que todo quería regresar lo más pronto posible. El levantarme y alistar mis cosas, me tomó hora y media, claro estaba a 8300m. Luego la idea era bajar desarmando todos los campamentos y regresar el mismo día al campo base avanzado, tamaño esfuerzo que me esperaba!
Ese día a las diez de la noche, con una mochila de casi 40 Kilos, llegué al campo base avanzado, con mi cuerpo completamente aniquilado, pero con la mayor de todas las satisfacciones de mi vida, con mi sueño cumplido, así como me había prometido al inicio:
-Bajar completamente intacto.
-Conquistar la cumbre solo sin oxigeno suplementario.
-Ondear la bandera de mi país en lo más alto del planeta.
-Y documentar lo más que pueda la ascensión, para luego compartir con todos, todas esas vivencias.
El retorno
Seguidamente, luego de un descanso, descendí al campo base chino, organicé mi equipo, ultimé cualquier detalle y el tan añorado y feliz retorno a mi siempre tan extrañado país. Donde me esperaba un gran recibiendo, con medios de prensa, Chiva fiesta y todo.
La Enseñanza – Moraleja.
El haber subido a la cumbre del Everest y todo lo que representa la preparación para este tamaño reto, me ha dejado una vida de enseñanzas.
En mis inicios de andinista hace unos trece años, me propuse escalar el Everest antes de mis treinta, cuando aun no tenía noción de la magnitud de lo que estaba hablando. Lo escalé a los treinta y uno, casi como me planteé, pero creo que si no hubiera tenido ese sueño original ese objetivo inicial, no lo hubiera escalado este año y talvez nunca, y no hubiera tenido la fuerza suficiente para superar todos los escalones, las caídas, los bajones y todas las dificultades que se me presentaron en este largo recorrido como montañista, desde que comencé en las caminatas en nuestros páramos hasta escalar las más altas, alejadas e inhóspitas montañas del mundo. Y también sortear la cumbre financiera.
La moraleja más importante que me ha dejado el Everest y la que siempre voy a compartir con todos y especialmente con los que están dispuestos a soñar es:
“No importa que tan grande es el sueño que uno tenga, lo importante es no abandonarlo nunca, sino seguir soñando hasta transformarlo en una idea sólida, idea que nos lleve a una acción, entonces, ponerle todo de nuestra parte, la voluntad, el entusiasmo, el carácter, el temperamento, el positivismo, la fe, la energía necesaria y luego perseverar y perseverar hasta conseguir el objetivo y que la fuerza por ver el sueño cumplido sea el motor para sobrepasar las miles de barreras que vamos a encontrar en el camino”
Y de esta manera con el ejemplo del sueño cumplido, daremos nuestro aporte, nuestro mensaje a nuestro país y a esta sociedad, habidos de valores, principios y sueños. Y así fomentar la fe, el entusiasmo, el optimismo, la esperanza de un mejor futuro.
Mi dedicación de todo este trabajo:
“Chise” la linda japonesa que confió en mí, me apoyó y me abrió las puertas a todo lo que estoy haciendo.
En mis inicios como andinista hace quince años, me propuse escalar el Everest antes de mis treinta. Lo escalé a los treinta y uno, casi como me planteé, pero creo que si no hubiera tenido ese sueño original ese objetivo inicial, no lo hubiera escalado ese año o tal vez nunca.
La lección que me ha dejado el montañismo que aplico en todas las áreas de mi vida es: alcanzar cumbres me ha enseñado que“No importa que tan grande es el sueño que uno tenga, lo importante es no abandonarlo nunca, si no seguir soñando hasta transformarlo en una idea sólida, idea que nos lleve a una acción, así , entregar todo de nuestra parte, la voluntad, el entusiasmo, el carácter, el temperamento, el positivismo, la determinación, la fe, la energía necesaria y luego perseverar y perseverar hasta conseguir el objetivo, estas acciones nos permitirán crecer más como personas, trascender como seres humanos y dar nuestro aporte como muestra de nuestro paso por la vida. y que la fuerza por ver nuestros sueños cumplido sea el motor para sobrepasar las miles de barreras que vamos a encontrar en el camino”
Patricio Tisalema